DESCOLONIZACIÓN:
UNA FORMA
PARA DERROCAR
LA
HETEROSEXUALIDAD OBLIGATORIA
Si antes de la llegada de
los colonizadores existían civilizaciones con algunas costumbres de
corte patriarcal por ejemplo el establecimiento de estructuras de
claras diferencias entre lo masculino y lo femenino o demostrar la
masculinidad del hombre a través de extenuantes y dolorosos
sacrificios o pruebas; este sistema se asentó con mucha más fuerza
al empezar ese triste proceso de reestructuración del sistema social
y político ya existente en nuestros pueblos, es decir la
colonización.
Se ha determinado a
partir de numerosas investigaciones que en el Abya Yala (nombre
originario de nuestro continente) también existían otros grupos
donde las prácticas homoeróticas
formaban parte de la cultura
ancestral y que incluso se reconocían más de dos géneros el cual
no era visto con rechazo sino con cierto respeto y admiración, de
hecho no se manejaban categorías que apremiasen desigualdad entre
cualquiera de los géneros. Se afirma que algunos pueblos indígenas
como los Waraos de Venezuela, los Cuna de Panamá, los Javaés de
Brasil, el mundo Inca precolombino, entre otros ejecutaban prácticas
transgenéricas, casamientos entre personas del mismo sexo y otras
formas de expresión de género bloqueadas por el pensamiento
colonial.
Con la colonización se
establecieron las jerarquías de género, quedando las mujeres
subordinadas a la idea de “mujer” y de “femenino” que se
tenía en occidente; siendo dicha subordinación según Mogrovejo “el
precio que los hombres
colonizados trazaron para
conservar cierto control
sobre sus sociedades. Esta
es la transacción de
los hombres colonizados con
los colonizadores...” de igual
forma lo hicieron a través de la imposición de la heterosexualidad
obligatoria, lo que conocemos como heteronorma.
Se dice que la heterosexualidad como una norma, por lo tanto obligatoria, la impuso el colonizador para instaurar esos cambios necesarios que en consecuencia permitieran la constitución y perpetuación del sistema capitalista y el patriarcal. Como lo explica Monique Wittig en su ensayo "El pensamiento heterosexual", la heterosexualidad "se entrega a una interpretación totalizadora a la vez de la historia, de la realidad social, de la cultura, del lenguaje (...) el carácter opresivo que reviste el pensamiento heterosexual en su tendencia a universalizar inmediatamente su producción de conceptos, a formular leyes generales que valen para todas las sociedades, todas las épocas, todos los individuos." Por lo tanto resultaba fundamental para el colonizador instaurar sociedades y culturas que comulgaran con la heterosexualidad pues era imposible pensar en una sociedad donde la heterosexualidad no condicionara no sólo las relaciones humanas, sino también de producción.
Se dice que la heterosexualidad como una norma, por lo tanto obligatoria, la impuso el colonizador para instaurar esos cambios necesarios que en consecuencia permitieran la constitución y perpetuación del sistema capitalista y el patriarcal. Como lo explica Monique Wittig en su ensayo "El pensamiento heterosexual", la heterosexualidad "se entrega a una interpretación totalizadora a la vez de la historia, de la realidad social, de la cultura, del lenguaje (...) el carácter opresivo que reviste el pensamiento heterosexual en su tendencia a universalizar inmediatamente su producción de conceptos, a formular leyes generales que valen para todas las sociedades, todas las épocas, todos los individuos." Por lo tanto resultaba fundamental para el colonizador instaurar sociedades y culturas que comulgaran con la heterosexualidad pues era imposible pensar en una sociedad donde la heterosexualidad no condicionara no sólo las relaciones humanas, sino también de producción.
Durante la colonia los
colonizados que no cumplían con la norma, eran perseguidos por medio
del suplicio de arrepentimiento terminando devorados por perros
hambrientos como castigo que se le imponía a los homosexuales,
lesbianas y mujeres que se resistían a la violación y en esto; sin
duda alguna, tenía mucho que ver la religión, donde sus
representantes denunciaban con horror las relaciones homosexuales y
lésbicas, tildándoles de sodomitas, inmorales y pecadores.
¿Se parecerá esto a las
conductas, opiniones y estrategias utilizadas hoy día por muchos
sectores religiosos y sociales para promover la homofobia,la
heterosexualidad obligatoria y la misoginia? Esta interrogante nos
hace reflexionar con respecto a lo tan colonizado que está el
pensamiento de las mentes de nuestro continente, en especial de
nuestro país y cómo hoy en día se sigue repitiendo con injusta
determinación esa persecución y acoso en contra de la
sexodiversidad que en antaño promovieron los colonizadores.
Propongo
como única salida posible la decolonización irreductible de
nuestras practicas, costumbres y sobre todo de nuestro pensamiento.
Lectura recomendada:
Epistemología del sur. Visiones sobre los orígenes de la violencia
Patriarcal y la
heterosexualidad
obligatoria. Una discusión desde el Abya Yala. Norma Mogrovejo.
Virginia Becerra
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